Sin duda, la gastronomía puertorriqueña incluye el caldero de arroz con pollo en la playa, el arroz con salchicha [y ketchup] y el plato de cuajito, morcilla, guineitos hervidos y mucho pique (de un pote de cristal que en algún momento fue una caneca de ron).

En busca de los platos más icónicos tuve que pensar en todas esas cosas que comemos y que forman parte de nuestra idiosincracia culinaria. Una de las preguntas que me tuve que contestar fue, ¿qué quieren comer los boricuas de la diáspora cuando vienen de vacaciones a Puerto Rico? Hice una lista.

Esos gustitos o antojos son los que despiertan la memoria de aquellos momentos en los que fuimos muy felices y los asociamos con el sabor. En la lista incluí el café, el pan soba’o y de agua, los pasteles, y obviamente el lechón [si es de Apa, mejor].

Entonces, partiendo de la premisa de que somos lo que comemos, también me atrevería a incluir una combinación de los chinos, pues todos aquí sabemos que eso no tiene comparación.

Dediqué mi tiempo este fin de semana a buscar los mejores representantes de varios platos pues recibí una visita especial que estará publicando un documental acerca de Puerto Rico. En esta ocasión, soy el talento en cámara para presentarles la cocina puertorriqueña a través de los ojos de una food writer ––un superhonór––.

Decidí que debía presentar tres platos importantes e icónicos, entre sus requerimientos (restaurante/cocina, calle y foodtruck). Comencé por La Casita Blanca y allí recordé lo importante del arroz mampostea’o con corned beef a caballo y lo deliciosos que son los garbanzos con patitas y arroz blanco.

Luego visitamos Piñones y pude pensar un poco más en lo que buscaba. Mientras el salitre se mezclaba con el olor a fogón y manteca, quedó claro que necesitaría una buena alcapurria. Allí paramos en el Kiosko El Boricua y le metimos a la alcapurria de carne (cualquier otra opción también es buena) y a los bacalaítos. ¡ICÓNICOS! 

Desde ahí, etendí que también debemos incluir el mofongo que tanto nos gusta, y por eso llegamos hasta Felo’s Foodtruck en Vega Baja. Felo, es dueño de su negocio y se encarga de servir unos mofongos sabrosos y pefectos para disfutar luego de un día de playa, o de camino a ella. Y, sí, el mofongo con carne frita es importante, pero… ¿qué pasa con el mofongo y las ensaladas de mariscos? También son muy reconocibles.

En fin, la gastronomía de Puerto Rico está en lo que comemos y por esto incluyo el arroz con jueyes del Kiosko La Comay, las arepas de coco de Fajardo y Naguabo, el chillo frito entero, los arrayaditos de La Fonda de Angelo, las arañitas de cetí que preparaba el chef José Carles en Downtown, Boquerón y los ajíes dulces en tempura por la chef Natalia Vallejo de Cocina al fondo.

Tenemos espacio, paladar y barriga para seguir creciendo e inspirando a todos lo que disfrutamos comer.